martes, 21 de diciembre de 2010

Esquinzadas: La Trilogía de Nueva Yonki

Antiséptico de la poetisa

Para concederte deseo tras deseo,
(Aunque todo te concedo a ti)
No has tenido que dibujarme demasiados contornos
Con la yema de tus dedos:
Ha sido suficiente con emborracharme.

Suficiente con darme de ese licor,
Que te brota directo de la boca,
Como sapos y culebras,
Cual brujística alcahueta,
Cual nodriza purulenta,
Como aguador bacteriano,
Me has llenado la asadura,
De un veneno de tunante.

Y me has descubierto el pecho,
Saltado la piel a tiras
Con el azote crüel
De esa botella (so drunk!)
Que guardas para escanciar
Los recodos destilados
De tu corazón de lija,
Con tu burbon de menganos,
Tu brebaje de fulanas,
Pócima de muladar.

Ya no me creo al dolor,
Cuando me mojas los labios,
Con esa tontuna esencia
Que me alquitrana las tripas,
Y que me anestesia el alma,
Y que me distrae la sangre
Like today there’s no tomorrow,
Y que me impide entintar,
Las plumas, transpiraciones,
En el sumidero etéreo
De mi entretela de perra.

***

High

Tú sabes cómo anegar los rincones más apátridos de mí,
Y sabes cómo hacer llegar el río al mar,
Y cómo hacer para que no llueva en las noches de verano,
Tienes ese secreto.
Eres mitológico y eterno,
Y te tengo miedo.
Porque sabes cosas que me erizan la piel,
Sabes cosas que hacen estremecer al mundo,
Eres un sabio indocto, que me trae de cabeza,
Me acelera el pulso,
Me merma,
Me tranquiliza,
Sabes cómo inundar de humo de voluta el pulmón más pequeño de mi pecho,
Atosigas y me aturdes,
Con esa nostalgia que me sé,
Del vientre de mi madre.
Placéntica, me embebo en tu mirada,
Y floto entre unos nenúfares raros,
Que están hechos de humo,
Y por ser humo desfallecen.

No sabes nada de todo lo que me guardo
Por no decirte que me enajenas,
Me enajenas,
Y sólo puedo entornar los ojos,
Y salirme de esta vorágine lentísima
Que me atasca el nublo,
Intentar salirme.

No eres ni la mitad de hombre que me pensaba,
Eres sólo humo, eres sólo una oscura columna
Que se eleva de lo que ya es cenizas.
Los vestigios de mi lengua,
Carne achicharrada que se quema
En todas las hogueras del mundo.
Pero te amo, porro, te amo.

***

Voy de setas

Jamás he podido penetrar la dura piel
De que está hecha tu carrocería,
Dragón inmenso,
Alado y boquinegro.
Tu dermis de diamante
Es una de las pocas cosas que mis ojos no pueden barrenar.

Porque mis ojos son como dos escarpias negras y protuberantes
Que taladran todo lo que ven,
Y te veo a ti,
Dragón descomunal y verde,
Y eres un aspersor de fuego ronco,
Que no alcanzo a trepanar con mi mirada.

Eres como una luna abrumadora y vasta,
Mis ojos no saben a qué atenerse
Cuando en el lodazal de tus cuencas amarillas
Intentan no anegarse, lagrimales,
En esa insípida sustancia que expectoras,
Y tratan de perforarte sin victoria.

Dragón gigante, regio y extremado,
Tu tez es demasiado persistente,
Si intento alguna vez calarte hondo,
Me encuentro al final dándome de bruces,
Como un torpe muñeco del destino,
Como parejas tuertas de ojos tristes.

***

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Visto también es Esquince ;)

Anónimo dijo...

Visto también en Esquince ;)