viernes, 26 de febrero de 2010

Versos de la Mujer Barbuda II: De cómo la mujer barbuda cría barba y acaba por dejar la casa paterna en busca de nuevas correrías (parte ii)

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Mis padres se murmuraban,
Sus voces reverberaban,
Siempre ante mí se callaban,
Me examinaban con celo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Viviendo en una tragedia,
¡Madre, la pena me asedia!
Montaba cada comedia…
Envuelta en el desconsuelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Mas pronto llegó la calma,
La tranquilidad del alma,
Ninguna noche de empalma,
Ningún día de revuelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Todas mis actividades,
Eran encontrar verdades,
Filosofía, deidades,
Configuraban mi anhelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Pues yo estuve recluida,
De pensamiento imbuida,
De ideologías curtida,
Regodeándome en mi duelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Me sentí como una bestia,
Todo en mí ya era molestia,
Acuñé así la modestia,
Cultivando el cerebelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Era grotesca y greñuda,
Pelambresca y muy cejuda,
Pilosa, berbe y fachuda,
Más feúcha que un orzuelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Como toda señorita,
Que adolece de chorlita,
Me quedaba en la camita,
Berreando sin consuelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Pues la adolescencia es dura,
Yo quería sin premura,
Ir de monja de clausura,
¡Mi futuro casi muelo!

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Pero pronto vehemencias
Me urgieron por las querencias,
Me poseyeron demencias,
Por sentir a un pimpolluelo.

martes, 16 de febrero de 2010

Versos de la Mujer Barbuda II: De cómo la mujer barbuda cría barba y acaba por dejar la casa paterna en busca de nuevas correrías (parte i)

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Aunque nací muy pelona,
Con ataques de acetona,
Se disparara mi hormona,
Cuando aún era un buñuelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Me brotaron, cual panocha,
Como cerdas de una brocha,
Sin parecer ni una pocha,
Mil vellos a contrapelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Yo triste lloriqueaba,
Como un gorrino chillaba,
Mi madre desesperaba,
De verme ese porcipelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Me miraba en el espejo,
Por ver si ese barbiquejo,
Se me iba a volver añejo,
¡Y me corría un repelo!

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Desesperación, angustia,
Mi progenitora mustia,
Mi papá también se enmustia,
Su tristeza clama al cielo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Me llevaron a doctores,
La cámara de los lores,
Vamos niña, no me llores,
Me tendían el pañuelo,

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Me aquejaban mil dolores,
Me subían los colores,
Me fluían los humores,
Y eran causa de desvelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Los médicos no supieron,
Contar aquello que vieron,
Cien errores cometieron,
Tirando del escalpelo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Finalmente me dejaron,
Es que ni me depilaron,
La barbilla me taparon,
Para siempre con un velo.

Impúber y ya con pelo,
Rasurarme era mi anhelo.

Me sentí defenestrada,
Al dolor precipitada,
A la soledad entregada,
A no encontrar muchachuelo.

viernes, 5 de febrero de 2010

A María Angustias

Por algo María Angustias te apodamos,
Porque todo te inquieta en demasía,
Y te molesta toda asimetría,
Y nos llenas la testa de reclamos,

Piensas que expresamente te retamos,
Nuestra vida tiñes de agorería,
Con tus correos de pura agonía,
De tus regaños hasta el moño estamos,

Seguro que te educaron las monjas,
Por eso nos saliste tan tiránica,
Tan poco dada siempre a las lisonjas,

Con esa voz pacífica y satánica,
Absorbente como miles de esponjas,
Ofuscada por la basura orgánica.