miércoles, 22 de diciembre de 2010

La Morgue

Ni uno solo de mis huesos
Puede jactarse de tuétano,
Habiendo rebañado tú cada hueco,
Habiendo vaciado cada agujero,
Habiendo relamido los rincones de mis sesos,
Que eres de niebla y eres de hielo a veces,
Y el humo que se levanta entre tú y yo
Me emborrona toda posibilidad de esqueleto,
Toda oportunidad de recortarme en tu horizonte.

Y yo que sólo quiero abrirte la quijada,
Por ver si me quedase deshuesada,
Por ver si eternizaba tu mirada,
Con un poco de hueso desgajado,
Con un poco de amianto acartonado
Tu maxilar tan descuajeringado.
Matarte he,
Porque me fundes,
Me fundes,
Me confundes.

martes, 21 de diciembre de 2010

Esquinzadas: La Trilogía de Nueva Yonki

Antiséptico de la poetisa

Para concederte deseo tras deseo,
(Aunque todo te concedo a ti)
No has tenido que dibujarme demasiados contornos
Con la yema de tus dedos:
Ha sido suficiente con emborracharme.

Suficiente con darme de ese licor,
Que te brota directo de la boca,
Como sapos y culebras,
Cual brujística alcahueta,
Cual nodriza purulenta,
Como aguador bacteriano,
Me has llenado la asadura,
De un veneno de tunante.

Y me has descubierto el pecho,
Saltado la piel a tiras
Con el azote crüel
De esa botella (so drunk!)
Que guardas para escanciar
Los recodos destilados
De tu corazón de lija,
Con tu burbon de menganos,
Tu brebaje de fulanas,
Pócima de muladar.

Ya no me creo al dolor,
Cuando me mojas los labios,
Con esa tontuna esencia
Que me alquitrana las tripas,
Y que me anestesia el alma,
Y que me distrae la sangre
Like today there’s no tomorrow,
Y que me impide entintar,
Las plumas, transpiraciones,
En el sumidero etéreo
De mi entretela de perra.

***

High

Tú sabes cómo anegar los rincones más apátridos de mí,
Y sabes cómo hacer llegar el río al mar,
Y cómo hacer para que no llueva en las noches de verano,
Tienes ese secreto.
Eres mitológico y eterno,
Y te tengo miedo.
Porque sabes cosas que me erizan la piel,
Sabes cosas que hacen estremecer al mundo,
Eres un sabio indocto, que me trae de cabeza,
Me acelera el pulso,
Me merma,
Me tranquiliza,
Sabes cómo inundar de humo de voluta el pulmón más pequeño de mi pecho,
Atosigas y me aturdes,
Con esa nostalgia que me sé,
Del vientre de mi madre.
Placéntica, me embebo en tu mirada,
Y floto entre unos nenúfares raros,
Que están hechos de humo,
Y por ser humo desfallecen.

No sabes nada de todo lo que me guardo
Por no decirte que me enajenas,
Me enajenas,
Y sólo puedo entornar los ojos,
Y salirme de esta vorágine lentísima
Que me atasca el nublo,
Intentar salirme.

No eres ni la mitad de hombre que me pensaba,
Eres sólo humo, eres sólo una oscura columna
Que se eleva de lo que ya es cenizas.
Los vestigios de mi lengua,
Carne achicharrada que se quema
En todas las hogueras del mundo.
Pero te amo, porro, te amo.

***

Voy de setas

Jamás he podido penetrar la dura piel
De que está hecha tu carrocería,
Dragón inmenso,
Alado y boquinegro.
Tu dermis de diamante
Es una de las pocas cosas que mis ojos no pueden barrenar.

Porque mis ojos son como dos escarpias negras y protuberantes
Que taladran todo lo que ven,
Y te veo a ti,
Dragón descomunal y verde,
Y eres un aspersor de fuego ronco,
Que no alcanzo a trepanar con mi mirada.

Eres como una luna abrumadora y vasta,
Mis ojos no saben a qué atenerse
Cuando en el lodazal de tus cuencas amarillas
Intentan no anegarse, lagrimales,
En esa insípida sustancia que expectoras,
Y tratan de perforarte sin victoria.

Dragón gigante, regio y extremado,
Tu tez es demasiado persistente,
Si intento alguna vez calarte hondo,
Me encuentro al final dándome de bruces,
Como un torpe muñeco del destino,
Como parejas tuertas de ojos tristes.

***

lunes, 13 de diciembre de 2010

El Humus IV

La fascinación que en mí producen
El maíz de tus pestañas y tu vello,
Sigue sin ser acicate
Del recuerdo que te guardo en demasía.

El maíz de tus cabellos
Es amelga que amalgama
Todo lo que haría por tu vientre,
Todo lo que ha sido construido
Sobre la laxa ruta del olvido,
Las hiladas palabras de tu boca.

Y es el mismo maíz,
El que engrana las cuencas de mis ojos,
Dinamita mi piel a finas tiras,
Detona en oquedades gravitadas,
Y explota en las aristas de mis muslos,
Alcornocado en tanto que crujiente.

Y es el mismo maíz el que se pudre,
El que cubre tu pecho y tus cabellos,
Y profético anuncia maizales,
El que cubre tus manos y tus codos,
Y reviste el hueco de tus rodillas,
Y funesto oracula las verdades
De la memoria corta que te oprime,
De la poca presencia de mi mijo,
Que es como porridge lenta,
Panacea
De todas las hambres del mundo,
De las altas tierras verdes,
De la espiga del sur seco,
De ensambladuras recientes,
De tus armas, de tus dientes.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Un secreto

Por las noches, esta noche,
No te ha examinado nadie,
No te han visto el amasijo,
Ni perseguido el dolor
De tu mortecina espina,
De tu médula de astilla,
No se saben tu escondrijo,
Para el cárdeno guisante
De mi cama sin fisuras,
De tu innombrable saeta.

Ni conocen aspirina,
Ni droga que te conforte,
Que te devuelva el color,
Que te provoque esa apnea
Que buscas al respirar.

Y el corazón te chorrea
Como caldosa peonza,
Sangre que no ha de caber,
En esta apretada esponja.

Por más que te encuentre ajado,
Por más que tú te me escapes,
Yo te lo voy a decir.

Cáigate como aguacero,
Como mil lluvias nefandas,
Por las noches, esta noche,
Sin que tú te lo imagines,
Soy dueña de tus meadas,
Antes de que las termines.

domingo, 5 de diciembre de 2010

El Humus III

De mi entretela de perra,
De tu humus subterráneo,
De mi forro de lejía,
De tu estiércol soterrado,
De mi firme escurridero,
De tu hienda subyacente,
De mi envoltura de dama,
De tu deyección profunda,
No voy a hablarte esta noche.

No te voy a hablar de olores,
Sólo te diré despacio,
Succionando las palabras
Y soplando las señales,
Aspirando mis verdades,
Sorbiendo las realidades,
Absorbiendo las dicciones,
Lamiendo las expresiones
Calando declamaciones,
Humedeciendo de ensalmos,
Que mi faringe felina,
No está hecha de hojalata.