lunes, 9 de noviembre de 2009

A un lobizón divino o de por qué me pone tanto Hugh Jackman

Guifredo el Velloso era, a tu lado,
Lobo un imberbe de marca mayor
Pues no ha habido peludo, ¡ay, mi amor!
Con un talante menos rasurado.

Licántropo fiel, nunca estás helado,
Eres de vaho y despides calor,
Gran estufilla de humo y vapor,
Monstruo falaz, mi lobezno salado.

Hombre lobo hermoso, feliz me haces,
Con tu pestilencia y tu torso hirsuto
Diente amarillo y afiladas fauces,

Te amo, luna llena, abrazo enjuto,
Huelgo porque me mezas y me caces;
Tu aliento matutino es un esputo.

4 comentarios:

Rose dijo...

La madame, como siempre, tremenda. Yo no lo habría dicho mejor, y mira que el señor lobito me pone. Cómo me pone, my god. Cada día se supera usted a mis ojos, señora.

Madame Blavatsky dijo...

Gracias, querida Rose

XDD

Mitos eróticos que una tiene.

Ender dijo...

Pero la oda es al Hugg a a Lobezno? :DDDDDD

Madame Blavatsky dijo...

hombre, es a un hombre lobo, por extensión lobezno, y por más extensión aún, a Hugh. XD