martes, 13 de abril de 2010

Versos de la Mujer Barbuda IV: De cómo la mujer barbuda se une al circo que por allí pasaba (parte iv)

Camina grandilocuente,
Circo de insólita gente.

La acróbata despechada,
Me empezó a odiar encegada,
Aunque no supiera nada
La menda del incidente.

Camina grandilocuente,
Circo de insólita gente.

Pues yo estaba encaprichada,
De mi hombretón porfiada,
Y esa malaventurada,
Me parecía insolente.

Camina grandilocuente,
Circo de insólita gente.

Un día en mi gabinete,
Colocándome un arete,
Aquí y allá un brazalete,
Entró la puta insurgente.

Camina grandilocuente,
Circo de insólita gente.

Se me agarró del pelacho,
La acompañaba un gabacho,
Me arrancaron el mostacho
Con risa malevolente.

Camina grandilocuente,
Circo de insólita gente.

Me dejaron humillada,
A la fuerza doblegada,
De hinojos, rodilla hincada,
Los dos, hideputamente.

Camina grandilocuente,
Circo de insólita gente.

Herida, me dio un vahído,
Nadie oyera mi gemido,
Cuando me vio mi garrido,
Me encontraba malviviente.

Camina grandilocuente,
Circo de insólita gente.

León juró su venganza,
Prometió rajar la panza,
Llevar a cabo matanza
Del fornido, firmemente.

Camina grandilocuente,
Circo de insólita gente.

Se batieron en combate,
Y aquel, mi amado gaznate,
Vertiera rojo tomate,
Alcanzado mortalmente.

Camina grandilocuente,
Circo de insólita gente.

Fui entonces sojuzgada,
A la muerte condenada,
Fui por todos vulnerada,
Fui vejada nuevamente.

Camina grandilocuente,
Circo de insólita gente.

De noche, entre las hogueras,
Entre dormidas agüeras,
Saltándome las barreras,
Escapé oportunamente.

Camina grandilocuente,
Circo de insólita gente.

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