A Hatsue, por su brevedad
Señor feudal de sobaco peludo,
Reclamas tu derecho de pernada,
Babas y lengua, jeta abellotada,
Tan fétido, viciado y pelotudo,
Por ti se estremece todo cornudo,
Por ti sale la novia abellacada,
De tus humores inmundos manchada,
El día en que su esposo es más membrudo.
Un dómine despótico y tirano,
Que no hace más que mirarse al espejo,
Alimentando aquel ego malsano,
Con su aura de monstruoso unicejo,
Con sanguinario frenesí pelviano,
Forzando todo pellejo bermejo.
He aquí el segundo soneto del concurso, al "derecho de pernada", propuesto por HATSUE.