¡Pardiez!- me dije- ¿es que en un entremés de Lope de Rueda estoy? ¿me engañan mis oídos o en el siglo XVI he amanecido? Nada, sólo eran berridos en la calle. En esa calle tan concurrida de mala gente, villanos, putas, malandrines, camellos, bribones, trileros, truhanes, cabrones, golfos, yonquis, bandidos, atracadores, malhechores ¡Cuánta bellaquería en esa calle sola!
En esa calle las meretrices les chillan a los camellos a las 5 de la madrugada. No se puede pegar ojo, vamos. En esa calle, de redadas, de batidas, de duelos y de justas, amanezco cada mañana, desvelada por el bullicio.
En una calle de la Rambla, 4.45 a. m., Barcelona.
En esa calle las meretrices les chillan a los camellos a las 5 de la madrugada. No se puede pegar ojo, vamos. En esa calle, de redadas, de batidas, de duelos y de justas, amanezco cada mañana, desvelada por el bullicio.
En una calle de la Rambla, 4.45 a. m., Barcelona.
Meretriz: ¡Hijo de puta!¡Moro mierda!
Camello: ¡Calla sorra! Que te calles, so mamona…
Meretriz: Tú eres un embustero, más cabrón que naide, tú te vas a la mierda, ¡so moraco!
Camello: Pero tú mujer mala, tú mujer sorra, ¡pedaso puta!
Meretriz: ¡Cállate que me estás tocando los cojones! ¡Te voy a meter una hostia!
Camello: Tú muy mala, tú llamar mí, drojas, ahora no sé…
Meretriz: ¡Pero que te calles que no te se entiende!
En fin, Serafín, para que veáis por dónde iba la conversación, si así puede llamársele. No tan distinta resulta, tras breves pesquisas literarias por mi parte, de este fragmento de diálogo entre el tipo del negro y el del señor en la excelentísima
En fin, Serafín, para que veáis por dónde iba la conversación, si así puede llamársele. No tan distinta resulta, tras breves pesquisas literarias por mi parte, de este fragmento de diálogo entre el tipo del negro y el del señor en la excelentísima
COMEDIA LLAMADA ROSABELLA
de Martín de Santander (1550)
Fragmento de la Jornada I
ANTÓN: ¡A, xinor!
JASMINIO: ¿Dó vienes, perro traydor?
ANTÓN: Debaso mandir amuaja.
JASMINIO: Habla claro, malhechor.
ANTÓN: Re cabayo.
JASMINIO: ¡Qué dolor!
¿No hablas, costal de paja?
ANTÓN: Almuassado
Atón, xiñó, no ogado
cabayo turo rimpar.
JASMINIO: Pues dime, perro malvado,
[…]
¡O, Mahoma,
puto moro, carcoma!
Passa aquí, vellaco, perro.
ANTÓN: ¡Dora diabo que ra toma!
JASMINIO: Notad qué gesto que assoma;
yo te cargaré de hierro.
Dexa a mí;
¿no quieres passar aquí,
malino, pelo de frisa?
ANTÓN: Su mecé yamar a mí
Francisco, nunca decí
monicongro y amarpisa.
JASMINIO: No t'entiendo;
todo te lo estás comiendo.
¿Qué parlas allá entre dientes?
Estoyme yo deshaziendo,
tú, perro, más encendiendo
mis passiones y accidentes.
¡Qué trabajo!
Ve d'ay cara d'espentajo,
tira allá essa trapaceta;
ve en un punto, escaravajo,
y en la rima de más baxo
hallarás la escobeta.
Limpiarme has
estos pelos por detrás
que están en este capuz.
¿Vienes? De hecho lo has.
ANTÓN: Ra veniro. Ayaro as
bona xer para tacuz.
Ora ve
rimpar nego a su mecé
caça, su bona pícara,
fatasía su gugunde.
JASMINIO: ¡Por Dios, asno, que te dé!
¿Hasme de fregar la cara?
Albardado
no estoy. Soy a determinado
quebrarte la tripa a coces.
¡O, traydor, perro malvado,
qu'el sentido me has quebrado
a poder de darte bozes!
Ve, enemigo,
malpesar quede contigo.
Ay, la ciudad.