lunes, 3 de mayo de 2010

A un amor ebrio de agua de los floreros

Juro que mañana renuncio, Vicio,
Te dejo con un palmo de narices,
Ya no hará más falta que me agudices
Sentido alguno, ya no me desquicio.

Ya nunca más me sacarás de quicio,
No me verás rondando meretrices,
Rescataré mi vida, ¡directrices!
Sin miedo de acabar en un hospicio.

¡Oh! Huérfano de ti saldré adelante,
Pues no eres más que espíritu, ajado,
Me das una resaca impresionante.

Me desmantelas y, anonadado,
Ya solo caigo, fulminado amante,
Ante este amor tajado amortajado.



Este es uno de los primeros sonetos que escribí. El tema me lo sugirió Aningunsitio, con su juego de palabras "Amor tajado, amortajado". Lo recupero aquí, con la nostalgia etílica del fin de semana.

4 comentarios:

aningunsitioperoblavasquizando dijo...

Hay que redirigir la política de relaciones públicas de este blog. Esto tiene menos comentarios que Esquince, que ya es decir. XD ¿Qué pasa? ¡¿Ya nadie blavasquiza?! ¡¿Acaso son el último blavaquizofrénico en esta no-poet's-land?

Anónimo dijo...

me han dejado sola...

Madame Blavatsky dijo...

haz algooooooooooooooooooooooooooo

Marc dijo...

Bravooo :)