Sobre mis andanzas esta última semana hay poco o mucho que contar, según se mire, pero hoy era obligado escribir, porque es mi cumpleaños, lo demás ya vendrá. He pasado del bonito 25, del cuarto de siglo, del ecuador de la bonita segunda década, del decimoquinto año de existencia de este pequeño ser que se encuentra unas veces in the middle of nowhere y otras mucho más en medio todavía. Como véis, me he puesto filosófica, si es que eso se puede conseguir en un blog de color rosa cuyo último post está dedicado a unas extrañas judías gelatinosas de colores y sabores imposibles.
Hoy, día de mis 26, glorioso momento para la madre que me parió a la edad de 24 años (dios mío, se me pasa el arroz), a las 4.27 de la madrugada de un miércoles (estúpido día donde los haya, e insulso) en el que se había comido un huevo frito que le sentó como un tiro, a la pobre, que vomitaba por arriba un residuo de su digestión y por abajo un pingajo de su corazón. Qué cosas.
Pues hoy, hoy y no otro día, porque es lo que tienen los cumpleaños, que son un día, y al otro día el cumpleaños se ha marchitado ya, y ya no es lo mismo: es tu cumpleaños? no, lo fue ayer! vaya, bueno... ¡¡felicidades?? pero el mío es hoy, hoy, hoy, hoy es mi cumpleaños. Lo imperecedero de los cumpleaños sólo dura 24 horas (¿paradoja?) pero en esas 24 horas lo son, son imperecederos. La gente te dice, ¿te sientes más mayor, cómo se siente uno con X años? y uno responde siempre, haga frío o haga calor, llueva o truene, con un leve levantamiento de hombros, un fruncimiento de labios, que igual que ayer, y todo el mundo se ríe, de forma parecida a cuando vas a un funeral y alguien dice no somos nadie, y todos asienten en silencio o dicen "ya ves", o "desde luego" (los más pedantes).
Así son los cumpleaños, malvados, felices, mágicos y especiales, sólo si tú quieres.
Feliz No-Cumpleaños a todos los que, al contrario que yo, no celebran su aniversario HOY.
"- ¡Vaya! Hoy es mi No-cumpleaños también"
Sombrerero Loco