sábado, 31 de agosto de 2013

Noli me tangere

La reina del kitsch se ha embebecido demasiado
En los mirones espejos de su alma,
Y se ha dotado sin saberlo
De espada y lanza,
De cieno y lava,
Luz y mirajes.

¡Qué oscuras se le presentan
Las distintas bocas de la luna,
Cuando alquitrana sin parar sus pulmones excelsos!

Porque ella es la reina de kitsch
Y ha bastado sólo una palabra para sanarla,
Ha bastado su corona de rubíes
¡Ay! para adormecer la madrugada.
Porque en su mente se trasnochan las baladas
Que reproduce en los recodos de la cama,
Y es en un púlpito reina de corazones,
Ya no es amarga pues le endulzan los sazones
Que ha cultivado con el sol de la aceituna.

La reina del kitsch es intocable,
Es intangible, abrumadora y contenida,
Pues ha aprendido en las batallas del leopardo
A disfrazar de brasas una estrella,
Y renueva los espacios, dondequiera,
Reorganiza las esferas, cuando sea,
A copia de libar de las verdades
Que le han proporcionado años de espera.

Pero no te enamores de la reina del kitsch,
Pues es fiera su espada.
Pero no te enamores de la reina del kitsch,
Pues fecunda es su tierra.
Pero no te enamores
De la reina del kitsch,
Porque su savia es profusa.

No te enamores ¡ay! no te enamores
De la reina del kistch.

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