Cuando fui a visitar a mis queridos amigos Hatsue y Aningunsitio me ocurrieron varias desgracias de las que aún no he podido recuperarme, y es que en la actualidad vivo en un mundo goyesco de Parcas negras y de monstruosos aquelarres, en el más absoluto de los silencios...
Pero aparte de todo eso, pude visitar el muy mítico y apasionante reino de Avalon, claro que sólo unos pocos privilegiados logramos divisarlo entre las nieblas del Tor, el monte y la torre que se encuentran a las afueras del precioso pueblo de Glastonbury, donde tuve la oportunidad de adquirir ciertas chucherías de reminiscencias celtas (no así unas runas por las que me pedían la friolera de 26 libras), como unas chapas que rezan "BeWitched" y "my other car is a broom", que estoy segura de que serían muy del agrado de mi querida Hatsue. No penséis que eso fue lo único que compré, porque tuve la gran suerte de encontrar un hermoso calendario en forma de rueda de la diosa celta que, como sabéis, mis queridos instruidos e ilustrados amigos, no es otra que la Madre Naturaleza dividida en varias épocas del año, coincidentes con las festividades célticas, y representada en la figura de las distintas facetas de la mujer.